17/6/09

Paz en Oriente Medio

Extractos del discurso ofrecido por Netanyahu en la Universidad Bar-Ilan sobre la Paz en Oriente Medio

22 de Siván 5769
14 de junio de 2009

Hay quien dice que de no ser por el Holocausto, no habría nacido el Estado de Israel.
Yo digo, en cambio, que si se hubiera fundado a tiempo el Estado de Israel, nunca se habría producido el Holocausto

Sin embargo también aquí hay que decir toda la verdad. En medio de los territorios de la patria judía vive hoy un gran núcleo de palestinos. No queremos dominarlos, no deseamos regir sus vidas ni imponerles nuestra bandera o nuestra cultura.
En mi visión de la paz, viven en nuestro pequeño país dos pueblos libres uno junto al otro, en buen vecindario y en respeto mutuo.
Cada uno tendrá su bandera, su himno y su gobierno propio, sin que ninguno de ellos amenace la seguridad o la existencia de su vecino.

Esta política debe tomar en cuenta la situación internacional que se ha creado en los últimos tiempos. Debemos ser conscientes de esta situación, y a la vez mantener firmemente nuestra posición sobre los principios importantes para el Estado de Israel.

Ya he mencionado el primer principio: reconocimiento. Los palestinos deber otorgar un reconocimiento genuino a Israel como Estado del pueblo judío.
El segundo principio es desmilitarización. En todo arreglo de paz, el territorio que esté en manos de los palestinos deberá ser desmilitarizado, con sólidos arreglos de seguridad para Israel.

No queremos que caigan misiles Kassam en Petah Tikva o misiles Grad en Tel Aviv u otros misiles en el Aeropuerto Ben Gurión. Queremos paz.
Por lo tanto, para conseguir la paz hay que garantizar entre otras cosas que los palestinos no puedan introducir en su territorio cohetes ni misiles, ni constituir un ejército o tener un espacio aéreo cerrado ante nosotros, ni tampoco establecer alianzas con elementos tales como Irán o el Hizbolla.

Sin ello, tarde o temprano tendremos otro “Hamastán”, y eso no podemos aceptarlo.

Israel debe tener el control de su seguridad y de su propio destino.

Israel necesita fronteras defendibles, y Jerusalén, capital de Israel, seguirá unida, siempre preservando la libertad de culto de todas las religiones.

Los aspectos territoriales se discutirán en los arreglos definitivos. Hasta entonces no tenemos la intención de construir nuevos asentamientos o expropiar tierras para ampliar asentamientos existentes.
Con dirigentes palestinos deseosos de paz, con una participación del mundo árabe en la paz, con el apoyo de Estados Unidos y de la comunidad internacional, no hay razón para que no podamos allanar el camino de la paz.

Nuestro pueblo ya ha demostrado que es capaz de cosas increíbles. En sesenta y un años, mientras defendíamos día a día nuestra mera existencia, hicimos milagros.
Chips producidos en Israel controlan computadoras a través del mundo, medicinas israelíes traen remedio a enfermedades alguna vez consideradas incurables, sistemas de riego israelíes hacen florecer desiertos en todo el mundo e investigadores israelíes amplían los límites del saber humano. “

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